Eficiencia energética: ahorro y amortización en el cambio del equipo de Supercomputación de la UCA. 27 febrero 2014
En este cuarto artículo relativo a la eficiencia energética, analizamos los datos relativos a lo que ha supuesto el cambio del equipo de supercomputación de la Universidad en lo relativo a los costes de mantenimiento eléctrico. Desglosamos una factura eléctrica y extraemos el impacto que supone el cambio realizado.
1.- Supercomputación en la UCA
En el año 2007, un grupo de investigadores de la UCA logra financiación con fondos FEDER para la adquisición de un equipamiento de supercomputación. El diseño e implantación del equipo corre a cargo del Área de Informática, y en varios meses se establece un sistema tipo cluster compuesto por varios chasis y 80 nodos biprocesadores.
Unos 60 investigadores de grupos multidisciplinares trabajan desde entonces en este entorno en las más variadas actividades de investigación (ver https://supercomputacion.uca.es/?page_id=52).
En el pasado 2013, la Universidad de Cádiz decide la renovación del equipamiento apoyándose igualmente en fondos FEDER, y encarga dicha tarea al mismo equipo. En el diseño de esta renovación se consigue un aumento de hasta 6 veces la potencia del anterior equipo utilizando un 40% menos de energía eléctrica teórica. Dada la obsolescencia del primer sistema y su falta de eficiencia energética se decide su apagado y reutilización en la medida en que sea posible.
2.- Diferencia de consumos
Desde las primeras medidas tomadas en 2011 con los analizadores de red de entrada del CPD de la universidad, el gasto eléctrico en términos de consumo ha rondado los 124 kWh. En anteriores entregas se ha observado como ante la entrada de nuevos equipos se han ido tomando medidas para rebajar este dato como virtualizar servidores, elevar la temperatura de la sala adquiriendo equipos con capacidad de soporte calorífico más elevado, uso de técnicas de apagado y encendido automático en clusters y eliminación de equipos con elevada disipación de calor. Esto ha permitido que a pesar del incremento de equipos y dotaciones desde 2011 el gasto no se eleve por encima de esa cifra, incluso se haya rebajado y mantenido en torno a los 120 kWh.
Tras el arranque definitivo en septiembre pasado del nuevo equipo se ha procedido a migrar las cuentas de usuario y a instalar los programas necesarios en el nuevo equipo, mientras se iba apagando el anterior por sectores. En el momento de convivencia de ambos equipos el consumo se estableció en 137 kWh (durante un mes), pero se ha rebajado finalmente hasta los 97 kWh tras el apagado completo del primero y la puesta en marcha total del segundo. Es decir, una reducción neta de 23 kWh en el consumo del CPD.
3.- El impacto económico del cambio
Nuestra institución mantiene un contrato con la distribuidora Endesa en la modalidad de contrato DH6. Desglosamos la factura (diciembre 2013) del Campus en dos partes bien diferenciadas, el consumo global en kWh, y el término de potencia. Nada de lo que hagamos puede afectar al término de potencia, pues es una cantidad fija que sobre 1500 kW se factura en doce mensualidades alícuotas, se consuma lo que se consuma.
En cambio, el consumo global viene dado por los kWh demandados y que se facturan en tres periodos horarios diferentes, con un coste desigual según se muestra en la tabla siguiente:
Periodo |
Horas día |
Precio € |
p1 |
6 |
0,119432 |
p2 |
10 |
0,099468 |
p6 |
8 |
0,059444 |
Es decir, cada kWh que consume nuestro CPD tiene hasta tres precios diferentes en función de la hora del día. Con un sencillo cálculo obtenemos el precio del kWh general ponderando el peso de cada tramo horario sobre el cálculo final.
Precio 1 kWh = (6/24*0,119432+10/24*0,099468+8/24*0,059444)=0,09 €
Factores añadidos que debemos considerar son el impuesto sobre la electricidad (4,864%) y el impuesto de valor añadido o IVA que es del 21%.
Ahora habrá que calcular que 23 kWh, durante 24 horas al día, por 365 días al año, más los dos impuestos anteriores, darán una medida del ahorro en que podemos incurrir en la factura que analizamos. Pues bien, según nuestros cálculos la variación de -23 kWh sostenidos obtenida tras la renovación del equipo de supercomputación tiene un impacto de -23.230,7€ anuales, lo que supone un total de -1935,9 € mensuales impuestos incluidos.
A todas luces, parece que la cantidad final invertida por la Universidad, como porcentaje obligatorio de participación en esta renovación, que no olvidemos sextuplica la capacidad de cálculo de la disponen nuestros investigadores, se verá prácticamente amortizada en algo más de 5 años de funcionamiento del equipo sólo en concepto de gasto energético.
Y eso siempre que el precio de la energía se estabilice en las cifras utilizadas, lo cual dudamos enormemente.
Abelardo Belaustegui González
Coordinador de Sistemas e Infraestructuras Centrales
Área de Informática